martes, 12 de noviembre de 2013

Hiru urte.

¿Cómo empezar? ¿Diciendo lo increíble que es esto? ¿Recordando momentos? En fin, pensemos…
Que no es un mes, ni dos, ni medio año; que son tres años junto a ti. Con sus malas rachas, sus problemas, sus ganas de arreglar cualquier error, sus conciertos compartidos, sus fiestas, sus veranos echando de menos mil cosas… Que se me queda corto todo esto para darte las gracias por todo lo que haces por mí, que hay veces que puede que sea esa imbécil que la cague pero que enseguida me arrepiento. Que el día que todo esto ya no esté no será lo mismo. Aguantas mis problemas día sí y día también, y no solo eso; si no que también me apoyas aunque tome la decisión incorrecta. Joder, que todo esto es muy grande e imposible de meterlo en un puto texto.
Cuando lo paso mal, ahí estas tú. Cuando lo paso bien, ahí estas tú. Cuando me doy la hostia, por muy grande que sea, ahí estas tú. Cuando caigo, ahí estas tú para ayudarme a levantarme y darme fuerzas para seguir adelante. Vale que tengamos nuestras diferencias y nuestras opiniones, y que esas opiniones a veces nos lleven a jodernos entre nosotros, pero aquí lo que cuenta es que lo sabemos arreglar sin pedir ayuda a nadie. Sin ti nada, lo sabes y no hace falta que te lo recuerde, que eres lo mejor que tengo, uno de mis grandes apoyos. Eres enorme, pero sobre todo eres único. No cambies, recuerda que seas como seas siempre serás tú y eso es lo que te hace fuerte y hace fuerte a las personas de tu alrededor.

Te quiero.

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