Porque muchas veces lo mejor es darle la espalda al mundo y olvidarte de todo lo que existe.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
miércoles, 4 de junio de 2014
Tú decides.
Hay ocasiones en las que crees que estas en el camino
correcto, que aquel día en el que tenías tres caminos para coger creías haberlo
dejado atrás. Pero no es así, justo en el momento en el que crees que no puede
pasarte nada más perfecto de lo que te está pasando, el mundo da un giro de
180° y justo en ese momento es cuando tienes que volver atrás y volver a donde tenías
tres caminos. Pero no todo es malo, porque ahora solo te quedan dos, el tercero
se pierde en ver que... fracasaste(?) Bueno, fracaso... no lo llamaría fracaso,
cogiste ese camino y no te funciono, no es un fracaso; es una lección. Gracias
a eso ahora sabes que la vida te pone más oportunidades en bandeja, que no
siempre todo funciona a la primera. Por eso existen las segundas oportunidades,
para que te demuestres a ti mismo que eres capaz. Que vale que igual no fueras
capaz en el anterior camino, pero tienes otro justo en frente. Otros dos. Y es
el momento para volver a decidir; un camino puede que te lleve a un éxito, o
puede que más adelante ese camino se separe en otros dos. Y el otro camino
puede que sea el más absoluto fracaso, el de rendirse y dejarlo todo. Ahora
eres tú el que debe decidir, solo tú, piensa en lo mejor para ti. Simplemente
eso, coge el camino que lleve el nombre de "éxito" y no el de
"fracaso". Cree en ti mismo, nadie más va hacer por ti lo que tú
quieres hacer, adelante.
viernes, 16 de mayo de 2014
Todos terminamos por seguir nuestro propio camino en solitario.
Sinceramente,
a todos nos ha pasado, ese amigo especial, ese que destacaba entre los demás y
por el que no te hacían falta motivos para ayudarlo en todo lo que pudieras.
Ese amigo con el que compartías todas tus ideas, o todas tus dudas, el único que
era capaz de hacerte recapacitar y hacer que llegaras a una conclusión. El mismo
amigo que ya no está contigo, porque si hay algo que no podemos hacer es
impedir que alguien se vaya. Podemos intentar hacer que se quede, pero nunca
vamos a poder parar a alguien que ya está convencido de irse. Y seguramente tú
pensaste en que esto no iba a acabar nunca, pero todo tiene un final, un puto
punto final que a todos nos marca y que al fin y al cabo, nos hace cambiar como
personas, ya que de los errores se aprende y de todo se sale. Pero que se le va
a hacer, si los recuerdos te persiguen allí donde vayas, por mucho que intentes
huir de ellos, es imposible, solo hay dos soluciones; intentar luchar por lo
que quieres, o simplemente, aceptar que vuestro camino no volverá a unirse más.
miércoles, 19 de febrero de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)